El artículo: Gestión de la calidad del aire en ambientes odontológicos fue escrito por la profesora Soraia Marangoni, DDS, Ms, PhD, especialmente para SETBIO 2019. Soraia es otra guerrera de bioseguridad y participa activamente en el grupo GerAção Biossegurança. Coordina el curso de Odontología en la Facultad de Odontología de UNIFRAN. Gracias por su cooperación con el excelente artículo.

Liliana Junqueira de P. Donatelli

            La exposición de los profesionales y de pacientes a agentes infecciosos y contaminantes presentes en el aire de los ambientes de salud se está tornando una de las principales preocupaciones de la comunidad odontológica. Comprender los riesgos inherentes a la calidad del aire y las medidas que podemos tomar para controlarla son cuestiones que no pueden ser  ignoradas si pretendemos promover y mantener la salud de todos los que frecuentan esos ambientes. 

Calidad del aire y dinámica del ambiente odontológico 

            La calidad del aire sufre grande influencia dinámica del ambiente. Los consultorios odontológicos son equipados con varios generadores de bio-aerosoles, que son partículas líquidas o sólidas, bacterias, virus y hongos dispersos en el aire por períodos que pueden variar de segundos a horas. Su composición microbiológica es heterogénea y dependiente de aspectos como humedad, temperatura y flujo de aire. Las partículas, cuyos tamaños varían de 0,01 hasta 100μm, pueden ser transportadas a largas distancias y depositadas en todas las superficies expuestas del consultorio odontológico, tanto en equipamientos como en las demás superficies. Pueden ser inoculadas por vía ocular o aérea, siendo que cuanto menor sean, mayor será el potencial de penetrar y alojarse en los alveolos pulmonares y de causar enfermedades. Al utilizar equipamientos de ultrasonido, jets de bicarbonato, piezas de mano, alta rotación y jeringas triples, debemos tener consciencia de que las medidas para control de dispersión de partículas y microorganismos deben ser intensificadas, con la utilización de aspiradores de alta potencia. 

Microorganismos y el Aire  

El mismo acto de hablar, respirar y toser pueden producir bio-aerosoles que, dependiendo de las condiciones de salud de la persona, diseminan el virus influenza, rinovirus, Mycobacterium tuberculosis, Staphylococcus aureus, Varicella Zoster Vírus, Streptococcus spp, y Aspergillus spp. 

 Ambientes climatizados 

Los microorganismos dispersos en el aire pueden colonizar todos los ambientes y también pasar para otros por medio de la ventilación normal o sistema de aire-condicionado. Siendo así,  la posibilidad de transmisión de infección en ambientes cerrados y climatizados es mucho mayor que en ambientes entornos abiertos, una vez que la ventilación natural auxilia en la dispersión de los contaminantes.

La literatura muestra, incluso, que en los equipamientos de aire-condicionado ya fueron aislados microorganismos responsables por surtos de infección hospitalarios, como Aspergillus, Legionella y Acinetobacter. La contaminación de esos aparatos puede ser responsable también por reacciones alérgicas e irritaciones, que pueden culminar en mal-estar, pierda de productividad y alejamiento del trabajo. 

Interacción del agua y el aire – más un desafío en el control de infección 

La calidad microbiológica del agua de los depósitos0 del equipamiento también impacta considerablemente en la calidad del aire del consultorio odontológico. Patógenos oportunistas como Legionella, Pseudomonas, Candida, Micrococcus, Staphylococcus, Alterania, Cladosporium, Penicillium y Aspergillus, entre otros, ya aislados en depósitos y pueden ser dispersados en el aire vía bio-aerosol, predisponiendo a todos que se encuentran en este ambiente a enfermedades, especialmente aquellos con comprometimiento inmunológico.

La adopción de estrategias como la utilización del depósito independiente de la red de abastecimiento, la limpieza periódica del depósito, la desinfección y la utilización de filtros en las líneas de agua, la realización de drenaje diario y el mantenimiento a seco en los periodos en que no hay actividad pueden contribuir para reducir esa contaminación.

Como referencial cuantitativo de microorganismos heterotróficos en el agua del depósito del equipamiento odontológico, la American Dental Association y Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) preconizan un límite de 500 UFC/mL.

Enjagües pre-procedimientos – una buena estrategia 

La realización de antisepsia bucal pre-procedimientos odontológicos contribuye también para reducir la carga microbiana del aerosol generado durante el uso de equipamientos como motores, jets de bicarbonato, ultrasonido y jeringa triple.

Comparativamente a soluciones conteniendo oleos esenciales y cloreto de cetilpiridíneo, la solución de digluconato de clorexidina a 0,12% aun es considerada estándar oro para control de microbiota bucal, con grande espectro de acción antimicrobiana y substantividad de hasta 12 horas.

Adicionalmente, un menor número de microorganismos en suspensión generará menor disposición en los fómites después la remoción de barreras, ya que eso puede ocurrir horas después del término del procedimiento, cuando las barreras ya fueron removidas. El uso de equipamientos de protección individual, de barreras impermeables para protección de superficies, así como la realización de la limpieza y la desinfección de equipamientos no pasibles de esterilización y del ambiente son fundamentales para cerrar la estrategia de control de infección cruzada vía aerosoles. 

Recomendaciones legales para calidad del aire 

Otro punto crítico para la calidad del aire del consultorio odontológico es el sistema de aire-condicionado. Son diversos relatos de esa relación, a punto de surgir el término “Síndrome del Edificio Enfermo” en la década de 1970 como la fuente de los problemas de salud de os trabajadores de recintos con aire-condicionado central.

Idealmente, el acumulo de microorganismos, vapores condensados y de fases en el ambiente odontológico debería ser evitado por medio de ventilación forzada o natural. Pero, considerando que la mayoría de esos locales son cerrados y equipados con condiciones de aire, se queda evidente la importancia de adopción de medidos periódicas para mantenimiento y limpieza de esos equipamientos con la finalidad de prevenir la dispersión de partículas y de microorganismos de vuelta para el ambiente.

Portería n. º 3.523, de 28 de agosto de 1998:

Contempla directrices para reducción del riesgo a la salud frente la permanencia prolongada en ambientes climatizados, es preciso: 

a) mantener limpios los componentes del sistema de climatización, tales como: bandejas, serpentinas, humidificadores, ventiladores y conductos, de forma a evitar la difusión o multiplicación de agentes nocivos a la salud humana y mantener la buena calidad del aire interno; 

b) utilizar, en la limpieza de los componentes del sistema de climatización, productos biodegradables debidamente registrados en el Ministerio de la Salud para ese fin; 

c) verificar periódicamente las condiciones físicas de los filtros y mantenerlos en condiciones de operación. Promover su substitución cuando necesaria;

d) restringir la utilización del compartimento donde está instalada en la caja de mezcla del aire de retorno y aire de renovación, al uso exclusivo del sistema de climatización. Es prohibido contener en el mismo compartimiento, productos o utensilios;

e) preservar la captación de aire externo libre de posibles fuentes contaminantes externas que presentan riesgos a la salud humana y dotarla en el mínimo de filtro clase G1. 

f) garantizar la renovación adecuada del aire de interior de los ambientes climatizados, o sea, en el mínimo de 27m/h/persona;

g) descartar las suciedades sólidas, retiradas del sistema de climatización después de la limpieza, acondicionadas en sacos de material resistente y porosidad adecuada, para evitar la diseminación de partículas inhalables. 

Referencia de la Calidad del Aire 

            Los estándares de referencia de la calidad del aire interior en ambientes artificialmente climatizados son regidos también por la Resolución n.º 9 de 16 de enero de 2003 de ANVISA, para cual los indicadores biológicos de calidad de aire son los hongos, cuya análisis cuantitativa debe presentar valor máximo de 750UFC/m³. 

El Compresor – ¿Como gestionar la calidad del aire generado? 

La calidad del aire del ambiente odontológico sufre también influencia aun del aire aspirado e impelido por los compresores, que puede presentar contaminación decurrente de la presencia de partículas de suciedad y de microorganismos del aire ambiente, de vapores de agua y de gases y contaminantes recurrentes del proprio equipamiento o de su local de instalación. Para minimizar esos riesgos, se recomienda que los compresores estén posicionados externamente a la edificación o en locales que sea posible captar aire libre, lejos de locales de descarga de sanitarios y de descargas de bombas de vacío.

Los compresores deben ser dotados de filtros que deben ser lavados en agua corriente mensualmente, así como reciben limpieza general externa regularmente y la drenaje diaria del liquido condensado, para eliminación del agua contenida en el depósito y originada de condensación de aire. 

Analgesia inhaladora y control de infección 

Un aspecto relevante y poco discutido en el medio odontológico es la eliminación correcta de los gases utilizados para analgesia inhaladora, acto que compromete la sobremanera la calidad del aire ambiente. Es fundamental que en los locales donde se realicen tales procedimientos sean instalados sistemas de descarga con flujo de aire unidireccional del paciente para las extremidades de la sala, que sea capaz de realizar la dilución de residuos de gas anestésico y de proveer 20 cambios de aire por hora, en el mínimo. Rejillas de escape ubicadas a 20 cm del piso deben agotar el aire y direccionarlo al  medio externo, observando el cuidado de no lanzarlo en áreas de flujos de personas, caso el consultorio esté en pavimento térreo. 

Idealmente, la salida de aire debe ser direccionada hacia arriba. 

Gestión de la Calidad del Aire – una necesidad real 

Son muchas evidencias científicas que fundamentan la necesidad de prestar atención en la calidad del aire del ambiente odontológico y adoptar todas las medidas posibles para reducir y controlar la generación y dispersión de bio-aerosoles, gases y partículas. La gestión de la calidad del aire en los ambientes de salud exige una reflexión sobre las necesidades y desafíos acerca del tema, con responsabilidad de protección de las vidas y de los ecosistemas. 

Referencias

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